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Desde el nacimiento de Internet, hace ya 30 años, los estilos de vida de varias generaciones se han visto alterados. Una circunstancia que ha motivado a las empresas de todos los ámbitos, la necesidad de adaptarse a las Nuevas Tecnologías. Así pues, en áreas de negocio en las que hace 10 años era inconcebible la aplicación de estas, son ahora una realidad necesaria para evitar ser invisible en el mercado.

 

Precisamente, esta dirección de crecimiento empresarial marcada por el desarrollo tecnológico, es la que ha experimentado el sector nupcial en los últimos años. Y es que las bodas ya no siguen el patrón establecido hace dos décadas. El perfil de los contrayentes, y por consecuente sus decisiones, se están viendo afectadas por los nuevos tiempos. Ahora, los esposados son en su mayoría millennial. O lo que es lo mismo, jóvenes entre 20 y 38 años que han crecido a la vez que las tecnologías. Y que han ido introduciéndolas en todos los ámbitos de su vida.

Por esa razón, las empresas dedicadas a este sector, se han visto obligadas a adaptarse a las tendencias de los nuevos perfiles. Experimentando una constante penetración en Internet, con el único fin de aparecer en las búsquedas virtuales de los comprometidos. Algo que es fundamental a día de hoy, pues el 91% de los contrayentes utilizan el ciberespacio para buscar ideas. Y un 68% navega en la Red con el fin de localizar proveedores para su boda. Dos cifras que crecen año tras año, según el estudio realizado por ESADE, Google y el portal Bodas.net.

 

El aumento de la media de edad de las parejas que deciden dar el paso y su acceso mayoritario al mundo digital, ha llevado a que sean ellas mismas quienes financian y organizan el evento. Por esa razón, ahora son los novios y no sus padres, quienes toman las decisiones en base a la información sobre proveedores. Una información que con mayor frecuencia es adquirida a través de Internet. Ya sea la ofrecida por las propias empresas, como las experiencias y recomendaciones por parte de otros usuarios, que pueden ser o no conocidos por la pareja. Dando lugar a un modelo de comprador más exigente e informado, pero que al mismo tiempo se ve afectado por la persuasión constante de los nuevos tipos de publicidad digital.  

 

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El uso de Internet por los comprometidos

Fuente: Libro imprescindible de las bodas

Clara se casó con Javier en febrero de 2018. Ambos tienen 32 años y son considerados un matrimonio millennial.  La falta de tiempo y de referencias para la organización de la boda, hizo que la pareja recurriera desde un primer momento a Internet en la búsqueda de proveedores e ideas.

 

Clara, fue el prototipo de novia milénica que vive conectada y que se deja guiar por lo que aparece en redes sociales. Tras haber investigado, sabe lo que quiere y tiene en cuenta su presupuesto en todas las decisiones que toma. Aunque este puede verse afectado si realmente quiere algo.

 

Su vestido de novia, maquillaje y enclave, fueron todo un éxito en las redes sociales y revistas de moda nupcial durante el 2018. El Instagram del mundo bodas se llenaba de fotos de Clara y Javier en el día de su enlace. “Y los proveedores lo agradecieron”, asegura Clara. Las redes sociales son el mejor escaparate para los proveedores de bodas millennial. “No es lo mismo un anuncio tradicional que ver a una novia real con X zapatos o celebrándolo en X sitio.” Aclara la madrileña, que nos recibe entre telas blancas del taller de Sofía Delgado, la diseñadora de su vestido.  

Clara asegura que gran parte del éxito en la organización de su boda, fue la posibilidad de ver una amplia variedad de los trabajos de los proveedores y las opiniones de otros usuarios. Ya que fueron ambas las que le guiaron para decantarse por un proveedor u otro.

Novia Millennial

Clara Goudie
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Foto de Lucía Jiménez

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